Cusco fue la capital del imperio Inca. Por eso sus calles esconden un pasado lleno de historia y misterios. Muchos de ellos tienen su origen en la misma época inca. Otros fueron construidos en la época colonial. Durante la visita a Cusco, muchas personas desconocen que están pasando por una calle donde ocurrió algún hecho importante en el pasado. Conozca aquí las diez calles principales de Cusco y su pasado histórico.
Loreto es el nombre de una de las calles con más historia de la ciudad del Cusco. Conecta la calle Maruri con la Plaza Mayor. Un largo y macizo muro inca forma esta calle. Este muro perteneció al palacio del emperador Huayna Cápac, el ‘Amaru Cancha’ (casa de la serpiente). En una parte de este inmenso sitio también se construyó el Acllahuasi, donde se preparaban las famosas sacerdotisas ‘vírgenes del sol’.
Al final de esta calle, frente a la Plaza de Armas, se construyó en la época colonial la ‘Capilla de Nuestra Señora de Loreto’, que le dio el nombre a la calle. Por su importancia histórica también se le llama ‘Intik’ijllu’ (calle del sol). Fue trazado en la época Inca. Hoy se pueden ver ferias artesanales a un costado de la calle. Mide 4,5 metros de ancho por 231 metros de largo aproximadamente.
Resbaladizo es quizás la pendiente más empinada de la ciudad del Cusco. Une el entorno de la Plaza Mayor con la Plaza San Cristóbal. Su nombre se debe a la dificultad de salvar este desnivel así como a su suelo empedrado que puede resultar resbaladizo para los caminantes. Esta calle es frecuentada por visitantes que buscan fotografiarse en el mirador de San Cristóbal o que buscan llegar a pie a Sacsayhuaman.
La calle Resbalosa tiene un origen inca. En lengua quechua también se conoce como calle ‘Sikitakana’ que significa ‘te golpeas el trasero’. Actualmente es una calle tranquila donde puedes encontrar hoteles y restaurantes a ambos lados. Como todas las calles incas, esta es estrecha. Se recomienda descender con cuidado para no resbalar.
Esta peculiar calle cusqueña debe su nombre a un muro de piedra con una pequeña talla de siete serpientes delgadas. Se encuentra en medio de dos edificios coloniales altos y fuertes: el monasterio de Las Nazarenas y la iglesia de San Antonio Abad (actualmente ambos edificios son hoteles de lujo).
Durante la época de los incas esta calle se llamaba ‘Amaru ccata’ que significa ‘catorce serpientes’. La razón es que a cada lado del muro hay siete serpientes. La calle tiene un origen Inca. Este camino peatonal mide 2 metros de ancho por 102 metros de largo. En sus costados hay dos arcos que sostienen los altos muros. La calle va desde la placita de Nazarenas hasta la calle Choquechaka.
¿Cómo llegar allá? Desde la Plaza de Armas de Cusco, tome la calle Cuesta del Almirante y continúe hasta la plazoleta de Nazarenas. En la parte central está la calle Culebras 7.
¿Qué ver cerca? Lujosos hoteles, restaurantes así como el monasterio y plaza de Las Nazarenas.
Esta concurrida calle siempre gozó de gran importancia, tanto en la época inca como en la colonial. Se encuentra a sólo 300 metros de la Plaza de Armas, sobre la vía que conduce a la Plaza San Francisco. Su trazado inicial se dio en la época Inca. Esta calle lindaba con la antigua plaza de la ciudad, la Huacaypata Inca (grande). También formaba parte de los caminos reales al suroeste del imperio Inca.
Durante la época colonial la calle fue un importante punto de entrada a la ciudad. En sus inmediaciones se construyeron importantes casonas, como la del Marqués Diego de Esquivel y Jaraba. Debido a la mansión de este marqués, la calle se llamó ‘Calle del Marqués’. Durante la época republicana vivieron allí el historiador cuzqueño Luis E. Valcárcel y el fotógrafo cuzqueño Martín Chambi. Hoy es una calle llena de negocios turísticos.
Esta calle es una de las más históricas de la ciudad del Cusco. Sus orígenes se remontan a la misma época inca. Allí se construyó el palacio del emperador Huáscar. Posteriormente se convirtió en casona colonial de diversas personalidades como el Virrey José de la Serna (último Virrey del Perú) o el Almirante Francisco Alderete Maldonado. Por este almirante, la calle fue nombrada así.
La calle Cuesta del Almirante conduce desde la Plaza de Armas del Cusco hasta la plazoleta de las Nazarenas. Es estrecha y larga, como lo fueron las calles incas. Durante el inicio de la República, la casa de gobierno de Andrés de Santa Cruz estuvo alojada en la Casa del Almirante por orden del libertador Simón Bolívar. Actualmente este palacio pertenece a la Universidad Nacional del Cusco. El Museo Inca se encuentra allí.
Hatun Rumiyoc es una calle de origen inca cuyo nombre, traducido del idioma quechua, significa ‘De la roca más grande’. La razón de este nombre se debe a que los incas construyeron en esta calle el palacio del emperador Inca Roca. Hasta el día de hoy se pueden ver los formidables muros de piedra de este palacio, donde se encuentra la famosa ‘Piedra de los 12 ángulos’. Estas construcciones incas son gratuitas porque forman parte de la vía pública.
La calle Hatun Rumiyoc conecta los alrededores de la Plaza de Armas de Cusco con la cuesta de San Blas. La calle tiene 3 metros de ancho y 141 metros de largo. Se destaca por los numerosos puestos de artesanía como joyas, ropa y más. En una de las esquinas se encuentra el Palacio Arzobispal. Sin embargo, el principal atractivo turístico de esta calle es definitivamente la ‘Piedra de los 12 ángulos’.
En la ciudad del Cusco existen varias calles con el nombre de siete como principal característica. Una de las más famosas es la calle Siete Angelitos. El motivo de su nombre se debe a la figura de siete angelitos en una de las casonas coloniales que fue propiedad del religioso Blas de Bobadilla. Posteriormente se han tallado figuras de ángeles en las piedras que rodean esta famosa calle cusqueña.
Esta calle se encuentra en el barrio de San Blas, en uno de los barrios de la calle Carmen Alto. Se dice que Blas de Bobadilla mandó pintar la figura de los siete angelitos en contraste con la fama de la calle Siete Diablitos. Hoy esta calle ofrece hospedajes, bares y otros negocios turísticos. Tiene ese silencio y estrechez propias de las calles incas. No es muy concurrido por los caminantes.
¿Cómo llegar allá? Desde la Plaza de Armas de Cusco, tome la calle Cuesta del Almirante y la calle Siete Culebras. Luego, en la avenida Choquechaka, tome la calle Siete Angelitos.
¿Qué ver cerca? La plaza de San Blas así como comercios y negocios turísticos.
Otra de las calles más famosas con el nombre de ‘siete’ en la ciudad del Cusco es la calle Siete Diablitos. Su nombre no se debe a ningún hecho fantasmagórico sino a que en otro tiempo jugaban allí jóvenes enamorados. Debido a que las mujeres quedaban embarazadas con frecuencia, la calle se convirtió en una especie de “calle maldita”. Desde entonces, los habitantes del Cusco la conocen como Calle Siete Diablitos.
La calle Siete Diablitos también se encuentra en el barrio de San Blas, muy cerca de la calle Siete Angelitos. Tiene la estrechez y el silencio propios de las calles incas. Muy cerca se puede visitar la Plaza de San Blas así como varias tiendas de artesanía y pequeños restaurantes. Aunque no es muy concurrida, todavía hay algunos enamorados que continúan con la tradición de reunirse en esta famosa calle.
Como su nombre lo indica, esta difícil cuesta conduce al barrio de San Blas, uno de los espacios públicos más famosos de la ciudad del Cusco. Su trazado original data de la época Inca. En la parte superior colinda con la iglesia de San Blas, antiguo templo que rendía culto al dios del trueno ‘Illapa’. Debido a esto, gozó de gran importancia no solo en la época inca sino también durante la colonia y la república.
La calle conduce a la pequeña plaza de San Blas. Mide 6 metros de ancho por 118 metros de largo. Para los Incas fue un camino importante que conectaba la Huacaypata (plaza principal) con los tramos reales. Hoy a ambos lados se pueden ver tiendas de artesanías, hoteles y restaurantes. Desde la cima se tiene una linda vista de la ciudad del Cusco. Los visitantes necesitan un poco de esfuerzo para llegar allí.
Esta calle es también una de las más históricas de la ciudad del Cusco. Cuentan las crónicas que en esta calle arrojaron los españoles las enormes piedras traídas de Sacsayhuaman para la construcción de la Catedral. Un grupo de varios indios fueron los encargados de contener las piedras por lo que sufrieron amargas heridas y hasta fatales muertes. Desde entonces se le llama ‘Mucchuicata’ que significa ‘calle de la amargura’.
Esta calle está formada por aproximadamente doscientos escalones de piedra. Une los alrededores de la Plaza de Armas del Cusco con el camino que conduce a Sacsayhuaman. Como muchas calles incas, es silenciosa, aunque muy concurrida durante la festividad del Inti Raymi, ya que es por allí por donde se encuentra el camino a este sitio arqueológico.